Desde la antiguedad para los chinos y otros pueblos de Asia, el durazno ha sido un símbolo de larga vida e inmortalidad, por lo que no es raro encontrar pinturas alusivas a esta fruta en estas culturas, y no es para menos ya que su importante aporte en manganesio, zinc y fósforo, además de elevar las expectativas de vida.
Una de las más importantes curiosidades acerca del origen de la zanahoria es que ésta no poseía inicialmente el intenso color naranja que ahora la caracteriza, sino que se cultivaba una variedad que era púrpura en el exterior y anaranjada en el interior.
Las cerezas, son conocidas como “súper fruta”, están llenas de antioxidantes llamados antocianinas que ayudan en la reducción de enfermedades cardíacas y cáncer.
Las semillas de calabaza contienen nutrientes esenciales para nuestro organismo, por ejemplo, el zinc, el cobre, el fósforo, el magnesio, el potasio y por supuesto el hierro.
Las frutillas son un excelente recurso para prevenir el sobrepeso, la obesidad y numerosas enfermedades. Contienen minerales como calcio, potasio, yodo, silicio, fósforo, magnesio, vitamina C, A (carotenos) y E (antioxidantes), B1, B2, B3 y B6, K.
La lechuga tiene más de cien variedades las cuales aportan muchos beneficios a nuestra salud, además de contar con la ventaja que no pierden ninguno de sus aportes y propiedades naturales ya que este vegetal se consume crudo.