La Depresion de los domingos

Es común escuchar a las personas lamentarse sobre la depresión que sufren los días domingos; y hasta existen estadísticas que corroboran esta afirmación, registrando un aumento en la cantidad de suicidios.

¿Llega el domingo y sentís tristeza y desgano? ¿La llegada de esa tarde de domingo que miles de hombres esperan toda la semana para ver fútbol sólo te produce pena y un malestar que va más allá de lo físico? Si las respuestas son afirmativas sos parte del 25% de las personas que siente una gran tristeza especialmente al atardecer.
Según señalan los especialistas, este es un problema común en nuestra cultura, ya que estamos acostumbrados a un ritmo de vida rápido y de mucho ida y vuelta entre los días lunes y sábado, y la tranquilidad del domingo, el aletargamiento, profundiza un malestar que afecta tanto a hombres como mujeres e incluso a los chicos.Existen razones para que a muchos, un día sin hacer nada los pueda llegar a deprimir.

Durante la semana, la mayoría desarrolla una febril actividad que apenas le deja tiempo para sentarse a comer tranquilo.
Los niños en época de escuela, no son una excepción porque también tienen sus días ocupados con una gran variedad de actividades, además de ir al colegio.

¿Cómo definir esta extraña sensación? Podríamos hablar de melancolía, falta de voluntad y reducción de la energía, pero nos quedaríamos cortos si no sumáramos que prácticamente siempre viene de la mano de pensamientos tristes, de ideas que muchas veces son tapadas durante el vertiginoso trajín diario: trabajo, estudio, chicos y demás actividades.
La depresión del domingo se suele relacionar con la soledad que se puede llegar a sentir en las grandes ciudades, y sentirse solo puede significar un motivo para caer en una depresión.
Pero existe un modo de estar en soledad que es diferente, que no nos hace añorar la compañía, que nos permite la libertad de no hacer nada o simplemente disfrutar de aquello que nos gusta.

El domingo puede llegar a ser el día perfecto para empezar algo nuevo y deberíamos atrevernos a vivirlo sin miedo a la soledad.