En nuestra vida acelerada, a menudo describimos el tiempo como "fugaz" y nuestros relojes reflejan esta percepción midiendo intervalos relativamente cortos, es decir, segundos, minutos y horas. Algunos relojes tardan más ver y seguir días, meses y años, algunos incluso años bisiestos. Pero rara vez los relojes hacen justicia a un universo medido en miles de millones de años, como debería ser un verdadero dispositivo Zeit.