Tras la II Guerra Mundial, a finales de la década de 1940 y en la década de 1950, empezaron a enraizar en el campo del diseño automovilístico los principios de la aerodinámica. Las formas cuadradas similares a carruajes de las décadas previas se iban disolviendo para adoptar otras más optimizadas. Al mismo tiempo, los perfiles curvilíneos ganaban importancia, trayendo consigo la promesa inmediata de potencia y velocidad. La sofisticada modelización informática y la tec - nología de túneles de viento con los que contamos hoy eran sueños distantes en aquella época, los diseñadores se guia van más por su sentido estético que por cualquier precepto científico.